Según el estudio, publicado en la revista Journal of Psychiatric Research, el narcisismo es un trastorno de la personalidad en el que los pacientes tienen fuertes complejos de inferioridad pero hacia afuera se comportan de manera arrogante y autocomplaciente.
El doctor Bruce Stevens, en su artículo «A nine headed Hydra« (publicado en 2000 en Psycotherapy in Australia), propone nueve diferentes tipos de la personalidad narcisista.
Todos los tipos comparten el mismo problema subyacente: la búsqueda desesperada de la fuente de amor a sí mismos en lugares donde nunca la encontrarán, lo que nos indica que sufren un claro síntoma de codependencia.
El dependiente
Siente una gran necesidad de ser amado y nunca llega a estar satisfecho. Nunca recibe suficiente amor. Tiene miedo al abandono y al rechazo. Su problema principal es que no es capaz de quererse y cuidarse a sí mismo y se centra en dar amor a los demás para así conseguir su aprobación y cariño. Resulta asfixiante para su pareja. Es esa persona narcisista que no te deja vivir, que quiere estar a tu sombra cada rato, ese o esa que se pasa el día preguntándote si le quieres y que a la mínima salta que no le amas lo suficiente.
El amante especial
Es la persona narcisista que insiste en decirte eso de «Nuestro amor es único, especial, maravilloso y perfecto». Piensa que nadie puede amar a su pareja como él o ella, que con su amor curará todas las heridas que pueda tener.
Idealiza el amor y a la persona amada, a quien no ve como realmente es, con lo que se decepciona fácilmente. Es muy vulnerable a cualquier ofensa y arrastra heridas de anteriores relaciones. No tolera ninguna imperfección en su pareja.
El poderoso
Está enamorado del poder y lo expresa humillando o aterrorizando. Es arrogante, y desprecia a sus subordinados e «inferiores». Lo único que le importa es su carrera y su éxito.
Su pareja suele ser una persona atractiva a quien exhibe como trofeo.
El “cuerpo”
Es un tipo de narcisismo muy habitual hoy en día. Es el culto a la imagen. Su imagen tiene una enorme importancia y su autoestima está unida a dicha imagen. Necesita gustar a todo el mundo y que todo el mundo reconozca su belleza para sentirse una persona valiosa. Tiene obsesión por tener el cuerpo perfecto.
Tiende a negar sus problemas y a centrarse en su físico, como si el hecho de lograr la perfección física fuese a solucionar todos sus males.
El furioso
Es hipersensible y tiene estallidos de rabia con frecuencia ante cualquier ofensa real o imaginada. Tiende a ver malas intenciones en las acciones de los demás. Debajo de esa rabia frecuentemente se ocultan sentimientos como la tristeza, vergüenza o desesperación.
Se caracteriza por su incapacidad para controlar sus intensas emociones, especialmente la rabia.
El estafador
Es una persona encantadora cuyos motivos son absolutamente egoístas. Pretende utilizar y explotar a los demás a través de su encanto personal.
Le divierte engañar al amante confiado con infidelidades, fraudes, etc. y disfruta planeándolo.
Su autoestima aumenta al verse capaz de hacer ese tipo de fechorias. Considera que está por encima del bien y del mal.
El fantasioso
Su mundo interior es muy rico y está poblado de fantasías de belleza, admiración, amor, éxito y mundos maravillosos, mientras que considera la realidad un fastidio del que querría escapar.
Algunos adolescentes pasan horas aislados jugando al mismo juego de ordenador, con cuyo protagonista, un héroe capaz de todo, se sienten identificados. La soledad impide que el mundo exterior penetre en sus vidas mostrándoles la realidad, y su necesidad de sentirse grandiosos, únicos y especiales (algo que, en cierta medida, es normal en la adolescencia) puede hacer que se identifiquen con el héroe del videojuego y confundan la fantasía con la realidad.
El mártir
Su identidad está construida alrededor del hecho de ser una víctima o un superviviente de algo terrible. Se centra en sí mismo y en su propio dolor, que nunca llega a superar y no tiene tiempo para nadie ni nada más. Dentro de ese dolor se siente grande, «nadie sufre como yo», «he tenido que soportar cosas terribles».
Es ese mártir al que todos deberían admirar por haber sufrido tanto y seguir vivo.
En realidad, es una forma de evitar el verdadero dolor y la causa real de sus problemas. “Mi dolor es tan grande que me impide pensar en otras personas o hacer otras cosas”. Se escudan en su dolor.
El salvador
“Solo yo puedo ayudarte”, “solo yo puedo cambiar tu vida”, “solo yo puedo protegerte del mundo”.
Es probable que tenga un trabajo relacionado con la ayuda a los demás, al que dedica todo su tiempo porque “lo necesitan”, parece una persona entregada. Sin embargo, siempre acaba pidiendo algo a cambio, como sexo o dinero. Es frecuente este tipo de personalidad narcisista en ciertos líderes religiosos de sectas.
Stevens describe estos tipos de conductas narcisistas. Tómalo para ayudarte a reconocerlas, pero una vez más y recuerda que saber reconocerlos debe ayudarte a protegerte de estas personas poniendo ante todo distancia, ya que mantenerte en una relación con una persona así, aunque creas que manejas la situación te ata a un vínculo traumático con ella/él y no te deja ser realmente tú.