Los reconocidos psicólogos Daniel Goleman y Paul Ekman han identificado tres tipos de empatía. Si aprendes a empatizar con tus amigos, compañeros de trabajo y las personas que te rodean, utilizando estos tres tipos de empatía, construirás relaciones más sólidas y de confianza.
Empecemos por ver primero que se entiende por empatía:
¿Qué es la empatía?
Es la capacidad de comprender los pensamientos y sentimientos de otra persona en una situación desde su punto de vista, en lugar del propio. Se diferencia de la simpatía, en la que uno se conmueve por los pensamientos y sentimientos de otro, pero mantiene una distancia emocional.
La empatía es esencial para la inteligencia emocional, para ser compasivo y para conectar con las personas a las que quieres y con las que trabajas.
Tipos de empatía
La empatía tiene distintas facetas. De hecho, empatía proviene de una palabra alemana, Einfühlung, que significa «sentir en». Y al igual que hay muchas formas de sentir, hay múltiples maneras de experimentar la empatía. Tener empatía significa que practicas los tres tipos de empatía.
Los tres tipos de empatía que definió Goleman son:
Empatía cognitiva
A veces llamada «toma de perspectiva». La empatía cognitiva significa ejercer una comprensión mental de la experiencia de otra persona. Es la capacidad de comprender la perspectiva de otra persona y lo que puede estar pensando y sintiendo.
Es la parte pensante de la empatía y, como su nombre indica, se produce a nivel cognitivo. Se hacen conjeturas basadas en los propios conocimientos y experiencias pasadas. Te pones en el lugar del otro, como suele decirse. Este es un primer paso crucial para sentir empatía.
La empatía cognitiva tiene que ver con
- Pensamientos
- Razonamiento
- Comprensión
- Intelecto
Beneficios de la empatía cognitiva
- Ayuda en las negociaciones.
- Inmensamente útil cuando se necesita lógica.
- Motiva a otras personas.
- Mayor comprensión de puntos de vista diversos.
- Ideal para reuniones virtuales.
Escollos de la empatía cognitiva
Interactuar demasiado con la lógica puede desconectarte de las emociones profundas o ignorarlas; no te pone en el lugar del otro en el estricto sentido. La empatía cognitiva tiene que más con el pensamiento que con la emoción. Se define como saber, entender o comprender a nivel intelectual. Como la mayoría de nosotros sabemos, entender la tristeza no es lo mismo que sentirse triste.
La parte oscura de la empatía cognitiva
Es posible mostrar empatía cognitiva sin tener ningún sentimiento de compañerismo o simpatía. Daniel Goleman, autor de Inteligencia emocional, señala en su blog que los torturadores necesitan tener una buena empatía cognitiva para saber cuál es la mejor manera de hacer daño a alguien, pero sin sentir ninguna simpatía hacia esa persona.
Empatía emocional
La empatía emocional es «cuando te sientes físicamente conectado a la otra persona, como si sus emociones fueran contagiosas», según afirma Daniel Goleman. Implica sentir directamente las emociones que siente otra persona. Estamos biológicamente preparados para ello, con neuronas espejo que se activan tanto cuando experimentamos una emoción como cuando vemos a otros experimentar una emoción.
Cuando vemos a alguien triste, por ejemplo, nuestras neuronas espejo se activan y eso nos permite experimentar la misma tristeza y sentir empatía. No necesitamos «pensar» en la tristeza de la otra persona, sino que la experimentamos en primera persona.
La parte negativa de la empatía emocional
Al igual que la empatía cognitiva, la empatía emocional tiene su lado malo. «Uno de los inconvenientes de la empatía emocional se produce cuando las personas carecen de la capacidad de gestionar sus propias emociones angustiosas«, escribe Goleman. «Esto, puede verse en el agotamiento psicológico que conduce al burnout». Sentir demasiado puede hacer que incluso las pequeñas interacciones resulten abrumadoras.
Las personas con tendencia a agobiarse por el dolor de los demás, necesitan trabajar su autorregulación, y en particular su autocontrol, para ser más capaces de gestionar sus propias emociones.
Empatía compasiva o Solidaridad empática
Es la parte práctica de la empatía, la que requiere acción. La empatía empática es sentir el dolor de alguien y actuar para ayudarle. «Con este tipo de empatía, no solo comprendemos la difícil situación de una persona y sentimos con ella, sino que nos sentimos movidos espontáneamente a ayudar, si es necesario». ~Daniel Goleman.
La empatía compasiva consiste en adoptar una postura intermedia y utilizar tu inteligencia emocional para responder eficazmente a la situación con un desapego amoroso.
¿De qué se ocupa la empatía compasiva?
- Intelecto
- Emoción
- Acción solidaria
Beneficios de la empatía compasiva
- Tiene en cuenta a la persona en su totalidad.
- Inspira la acción del oyente.
- Útil para extender la compasión a los acontecimientos mundiales.
La empatía compasiva suele ser la más adecuada. Por regla general, las personas que quieren o necesitan tu empatía no solo necesitan que las comprendas (empatía cognitiva), y desde luego no necesitan que solo sientas su dolor o, peor aún, que rompas a llorar a su lado (empatía emocional).
La empatía la puedes practicar para ser cada vez más empático, es una habilidad con la que no nacemos. Te dejo unos tips que te ayudaran.
Consejos para practicar la empatía
- Comprueba tus propias emociones y asegúrate de que puedes crear un espacio seguro para la otra persona. Si tú también sientes emociones intensas, será difícil empatizar.
- Lo más importante es estar presente. No te preocupes por decir lo «correcto».
- Presta atención a las expresiones faciales, el lenguaje corporal y la energía; estas son las pistas para que sepas qué tipo de empatía aplicar.
Si deseas saber más acerca de cómo desarrollar tu empatía y tu inteligencia emocional para empoderarte como persona, te dejo la siguiente guía:

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