Creo que la vergüenza es una de las emociones más corrosivas, si no la más corrosiva. Y es, en cierto modo, como un cáncer. Empieza como un tumor, y luego el tumor se rompe y hace metástasis, y afecta a todo el cuerpo, a todo el organismo. La vergüenza se siente como la muerte.
La vergüenza puede enmascararse en comportamientos diferentes, convirtiéndose en una carga que te impide progresar hacia tu felicidad y yo verdadero.
La vergüenza es una sensación de que algo está mal en uno mismo. Es debilitante por dos razones. Una, la vergüenza puede llevar a una persona a creer que todo su ser es malo. Y dos, la vergüenza puede hacer que alguien tema ser verdaderamente visto por los demás.
La vergüenza es una emoción poderosa que puede influir profundamente en nuestras vidas. Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde viene tu vergüenza? Exploraremos sus raíces, cómo se manifiesta y, lo más importante, cómo puedes liberarte de ella.
Vergüenza tóxica: Un enemigo interiorizado
La vergüenza que nace en la infancia
La vergüenza tóxica es un sentimiento que muchas personas interiorizan desde la infancia. Desde temprana edad, puedes sentir que nadie te acepta ni te quiere tal y como eres. Este sentimiento provoca un rechazo hacia ti mismo y te hace sentir indigno.
La vergüenza surge como una respuesta de supervivencia, como una interrupción parasimpática que hace que el cuerpo del niño se detenga.
La culpa impuesta por los padres
A menudo, la vergüenza tóxica se origina en la dinámica familiar. Tu madre, por ejemplo, puede haberte hecho sentir que la culpa de cualquier cosa era tuya, castigándote constantemente o expresando cuán avergonzada estaba de ti. La comparación con hermanos u otras personas, en la que siempre salías perdiendo, y la falta de validación de tus sentimientos te enseñaron a sentirte mal por ser quien eres.
Pensamientos destructores
Has crecido con pensamientos destructores como “no valgo, no me lo merezco, soy gorda, soy fea, no debería haber nacido”. Estos pensamientos se refuerzan con frases escuchadas en la infancia como “mejor si no te hubiera tenido, eres mala, eres torpe”. Estos mensajes llevan a una auto-desaprobación crónica.
El falso Yo
Esta vergüenza por ser quien eres, a menudo te lleva a crear un falso Yo. Este Yo falso es normalmente opuesto al verdadero y al cual te vuelves adicto. Para los demás, ocultas esa parte de ti que no te gusta, que te avergüenza. Te vistes con las mejores y más caras prendas para ocultar tu inseguridad y escalas socialmente para tapar tu debilidad.
¿Qué ocurre en el cerebro cuando alguien experimenta vergüenza?
Hay dos áreas del cerebro que se iluminan.: Una está en el área de la corteza prefrontal que está involucrada con el razonamiento moral. Por lo tanto, realmente te ayuda a pensar si lo que has hecho ha estado bien o mal. Y la otra parte que muestra una mayor activación es un área que se llama la ínsula posterior. Y la ínsula posterior es realmente interesante porque nos ayuda a sentir sensaciones viscerales en nuestro cuerpo. Y creo que cuando la gente siente mucha vergüenza, se sienten realmente desgarrados en su cuerpo. Sienten un agujero en el estómago. Y también sienten mucho asco hacia sí mismos.
La corteza prefrontal es la parte del cerebro que decide si algo está bien o mal. Y la ínsula posterior es la que nos hace sentir sensaciones físicas fuertes. Por eso puedes sentir vergüenza en el cuerpo.
La vergüenza se puede disfrazar de muchas maneras: como adicción al trabajo, como relaciones abusivas, como autoabuso y autolesiones, o simplemente como no cuidar bien de uno mismo, anulando necesidades básicas como el sueño y el hambre, el perfeccionismo, el desapego de uno mismo, la reacción exagerada, el enfado y la rabia.
El impacto emocional de la vergüenza
La desesperación por ocultar la vergüenza
No hay nada más devastador emocionalmente que el peso de la vergüenza en nuestras vidas. La desesperación por ocultar nuestra vergüenza de no sentirnos dignos, amados, e incluso de no sentirnos personas normales, alimenta la mayoría de nuestros comportamientos que nos impiden el descanso y la paz interior y no solo eso, nos impide caminar hacia nuestras metas, o escondernos en un éxito profesional para que nadie vea nuestro sentimiento de vergüenza.
Miedo a los peores miedos
La vergüenza hace que nuestros peores miedos den vueltas en nuestra mente repetidamente mientras esperamos que sucedan cosas malas, cosas que inconscientemente creemos que merecemos. Aunque la vergüenza tiene un impacto devastador en nuestras vidas, al profundizar en su origen podemos darnos cuenta de que no tiene credibilidad. La vergüenza es simplemente un montón de mentiras que nos contaron y que nuestro subconsciente ha seguido repitiendo.
Mentiras que controlan nuestras vidas
A través de nuestras experiencias traumáticas, la vergüenza ha ganado un tremendo control en nuestras vidas a pesar de nuestro profundo deseo de brillar. En nuestro viaje de curación, nuestro objetivo es romper ese control entendiendo dónde comenzó la vergüenza.
Ciclo de pensamientos negativos
La vergüenza hace que nuestros peores miedos se repitan constantemente en nuestra mente, haciéndonos esperar que sucedan cosas malas que inconscientemente creemos merecer. Sin embargo, al profundizar en la fuente de nuestra vergüenza, podemos darnos cuenta de que está basada en mentiras. La vergüenza ha ganado control en nuestras vidas a través de experiencias traumáticas, pero podemos romper ese control entendiendo dónde comenzó.
Liberarse de la vergüenza
Romper el ciclo de la vergüenza
La vergüenza hace que nuestras acciones reflejen las creencias que tenemos sobre nosotros mismos. Si tenemos una experiencia que no respalda nuestras creencias avergonzadas, la rechazaremos como una casualidad o una mentira. Romper el ciclo de la vergüenza requiere autoconciencia y mucho trabajo personal, preferiblemente mejor hacerlo con un profesional que te guíe para que puedas dejarla atrás, ser libre y verte como realmente eres.
Enfrentar la realidad
¿Por qué nos atenemos tanto a nuestras creencias sobre la vergüenza? Si no lo hacemos, tendremos que lamentar el tiempo perdido en esas creencias. Tendremos que enfrentar la realidad de que no teníamos el control que pensábamos que teníamos. Enfrentar la realidad significa dolor, pero también significa crecimiento y liberación.
Escribir la verdad
Una forma efectiva de liberar la vergüenza es escribir la verdad. Romper patrones, o cambiar de hábitos cuesta, según la ciencia necesitas al menos 66 días practicando lo mismo para que tu cerebro cambie y algo se convierta en hábito, esto es, lo hagas de manera automática.
Pero empieza ya, cuestiona cada pensamiento que te haga dudar de ti, y cuéntate la verdad. Te dejo la guía que con ejercicios prácticos te va a ayudar a encontrar tu verdadero Yo, sin esa carga de la vergüenza que has venido aguantando.
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