¿Cuántas veces te ha ocurrido que sabiendo que tu pareja o tus padres no te hacen bien, te hacen sentir mal, pequeña, poca cosa, no has podido agarrar la maleta e irte?

O incluso seguro te ha pasado que después de apartarte con lo que cuesta establecer el contacto cero, no has aguantado y has ido a buscarle.

No te sientas, mal por ello, ni te avergüences, por favor, porque no has sido tú, sino la química, la que ha tenido la culpa.

¿Qué te ata al narcisista?

Si te preguntas por qué no te has ido antes de la relación, por qué no has huido, o necesitas estar con él después del contacto cero, deja de culpabilizarte. Porque la respuesta no está en tu mente, sino en los efectos de la dopamina en tu cerebro.

vínculo traumático

La química te ata al narcisista

Cuando nos encontramos por primera vez con una pareja tóxica, nuestro vínculo con él se consolida rápidamente a través de su excesiva atención combinada con, al principio, ocasionales retiradas de afecto.(la etapa del love bombing). 

Ya sabes por experiencia que cuando parece en tu vida una pareja narcisista crees haber encontrado al príncipe azul o a la mujer ideal de tu vida. Te llena de atenciones, es amable, se preocupa de ti, estas que no te lo crees.  

El problema, como bien sabes, es que esto no ocurre siempre, y que después de una primera etapa de luna de miel, estas personas empiezan a devaluarte. Empiezas a ver su cara de verdad, empiezas a ver su mal genio, como te controla, te culpa… Pero siempre después de tratarte mal, de humillarte, e incluso hasta de pegarte, le da la vuelta a todo y te dice que no puede vivir sin ti. Un día parece que te odia y al siguiente te adora. Es algo que te confunde y a quien no. No sabes a qué atenerte, si al príncipe o a frankestein.  Y tú siempre añoras al príncipe a pesar de ver claro que es un monstruo.

El narcisista te da y te quita, creando con ello lo que se conoce como el vínculo traumático, que se basa en la intermitencia en el maltrato y el desequilibrio de poder. Te maltratan y te tratan bien intermitentemente y abusan de normalmente tener más poder económico o muchas veces en el caso de las mujeres abusivas usan a los hijos como arma de poder. 

Estas personas te mantienen en una montaña rusa de emociones, y su ocasional afecto termina siendo como droga para tu cerebro. 

Si te preguntas por qué no te has ido antes de la relación, por qué no has huido, o necesitas estar con él, deja de culpabilizarte. Porque la respuesta no está en tu mente, sino en los efectos de la química.

Empezaremos viendo los químicos y hormonas que forman parte del apego con el narcisista, y que tiene poco que ver con sus propios méritos, si no con su comportamiento:

Los químicos que te atan al narcisista

Dopamina: la búsqueda constante de recompensa

Las experiencias positivas con el narcisista como citas inolvidables, atención exagerada, adulación, un sexo increíble, regalos y grandes gestos románticos pueden liberar dopamina en el cerebro.

La dopamina es un neurotransmisor que controla el centro de placer de nuestros cerebros y crea circuitos de recompensa, que luego generan asociaciones automáticas en nuestro cerebro que vinculan a nuestras parejas románticas con el placer e incluso con nuestra supervivencia.

¿Recuerdas los agradables primeros momentos con tu pareja narcisista, las citas románticas, los elogios, el sexo increíble, incluso después de haber roto? Lo haces porque tu cerebro libera dopamina y tu cerebro  te pide que «lo hagas de nuevo».

Las disculpas, las palabras dulces después de una gran discusión, las demostraciones de ternura durante la fase de devaluación… fortalecen el circuito, generan más dopamina en ti y hacen que te quedes atrapada en el círculo de necesitar más de lo mismo, necesitas tu recompensa.

La dopamina es el neurotransmisor responsable de la adicción a la cocaína, y también el responsable de la adicción a las parejas románticas peligrosas. De acuerdo con Harvard Health, tanto las drogas como los recuerdos intensos y placenteros activan la dopamina y crean circuitos de recompensa en el cerebro, que esencialmente le dicen al cerebro que «vuelva a hacerlo».

No es que no sepas que el narcisista te hace daño, claro que lo sabes, pero la química es más fuerte que tú.

La dopamina fluye más fácilmente en el cerebro cuando hay un «refuerzo intermitente» en lugar de un programa consistente (el afecto que recibes del narcisista es intermitente, en una relación “sana” es consistente). Tú te quedas esperando a recibir algo bueno.

La Dra. Helen Fisher (antropóloga biológica y autora de “Anatomía del Amor” descubrió que esta experiencia de «frustración-atracción» en una relación romántica en realidad aumenta nuestros sentimientos de amor, en lugar de obstaculizarlos. En sus libros nos dice cómo los cerebros de quienes se encuentran en relaciones cargadas de adversidad se activan de una manera inquietantemente similar a los cerebros de los adictos a la cocaína.

Como ves, la dopamina ha fluído más en ti por el comportamiento abusivo e intermitente del narcisista. Eso te ha dejado “enganchada” a él.

Entender la ciencia detrás del abuso narcisista debe servir para que empieces a dejar de culpabilizarte. Trátate con todo el amor que mereces porque caer y quedar atrapada en una relación abusiva ha sido culpa de la química, y tu poco podías hacer contra eso.

Oxitocina: el vínculo y la confianza

Es la llamada hormona del «amor» y «el vínculo». Esta es la misma hormona que une a la madre y al niño al nacer, y también te une a los hombres que no te merecen.

No olvides cómo nace el vínculo con el narcisista. A través de una relación que empuja a la velocidad de la luz. Las relaciones íntimas con él hacen que liberes oxitocina que promueve no solo el apego, sino también la confianza.  

Investigaciones como la del neurocientífico suizo  Thomas Baumgartner muestran que cuando la oxitocina está involucrada, la traición no necesariamente tiene un efecto en nuestro cerebro.

Por lo tanto, el engaño de una pareja tóxica no nos impide confiar en él a ciegas.

El efecto oxitocina también puede ser más fuerte para las mujeres que para los hombres; según Susan Kuchinskas, autora del libro “La química de la conexión”,  la respuesta a la oxitocina puede ayudarte a encontrar confianza, intimidad y amor, el estrógeno tiende a promover los efectos de la unión de la oxitocina.

En otras palabras, después de relaciones íntimas con el narcisista, las mujeres químicamente somos más propensas que los hombres a “tragar”.

La química trabaja en tu contra. Es ella y no tú la responsable de tu vínculo al narcisista. Una vez que nos hemos vinculado con el narcisista sexualmente, también nos hemos unido psicológicamente y emocionalmente con él.

Cortisol y adrenalina: la motaña rusa de emociones

La pareja narcisista hace que con su comportamiento de hoy te doy mucho y mañana nada, nuestros niveles de cortisol y adrenalina (regulan nuestras reacciones ante situaciones estresantes) se disparen.

Según Christopher Bergland, la oxitocina, la adrenalina y el cortisol trabajan juntos para consolidar los recuerdos basados ​​en el miedo. Por lo tanto, tus temores y ansiedad por el abandono por parte de tu pareja, combinados con la intimidad física, hacen que los recuerdos relacionados con el narcisista sean más vívidos y más difíciles de borrar de tu mente.

La imprevisibilidad, el miedo y la ansiedad que se dan en una relación con un narcisista liberan adrenalina, que tiene un efecto antidepresivo. El miedo también libera dopamina, que  alimenta los circuitos de recompensa en nuestro cerebro, dejándonos añorando esa descarga de adrenalina.

El miedo y el placer se entrelazan, a pesar de nuestros mejores esfuerzos para exponer y desmantelar la aparente irracionalidad de nuestro comportamiento.

Esta es la razón por la cual tiendes a unirte más estrechamente al narcisista, por la montaña rusa de emociones en la que te hace vivir. Las hormonas neurotransmisoras (cortisol, adrenalina, dopamina) son las responsables y la razón por la que te has vinculado de manera inadvertida con alguien que te ha lastimado. Es el ya visto «vínculo traumático».

afirmaciones positivas cambian cerebro

Serotonina

Cuando nos enamoramos, nos volvemos obsesivos como las personas con trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

Según investigaciones del Dipartmento di Psichiatria, Neurobiologia, Farmacologia e Biotecnologie de la Universidad de Pisa, Italia, revelan que los niveles de serotonina en nuestros cerebros disminuyen de manera similar cuando estamos enamorados, como lo hacen en los cerebros de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo.

Dado que la serotonina regula y estabiliza el estado de ánimo, frenando el pensamiento obsesivo, puedes imaginarte cómo niveles bajos de serotonina  pueden hacer que nuestra capacidad de juicio no sea la adecuada cuando nos involucramos románticamente en una relación.

Los niveles bajos de serotonina también fomentan el comportamiento sexual. Por lo que la baja serotonina hace que sea más probable que también nos veamos arrastradas por los enlaces creados por la oxitocina y la dopamina.

Dado que la dopamina también se libera cuando tenemos recuerdos placenteros, soñar despierto y recordar constantemente los primeros momentos románticos de una pareja encantadora, a menudo tiene el efecto de amplificar este circuito en el cerebro.

Es por esta química de las hormonas en tu cerebro que esperas ansiosamente la llamada del narcisista o un mensaje suyo, o rememoras las primeras citas con el narcisista y necesitas a veces volver con él.

El narcisista domina nuestro cerebro las veinticuatro horas con su comportamiento impredecible y su love bombing. Por eso no has de extrañarte ni culpabilizarte por haber desarrollado una compulsión irracional para mantenerte atada o por querer volver con el narcisista. Es la química.

La potencia de la química es más fuerte que tu raciocinio.

Por la química te has quedado en una relación con una persona que no te trataba bien. No toleres a nadie que te diga que eres tonta por haberlo hecho. No te culpes por “tener ganas de volver con él”. Es la adicción química la que te ata a él, y no la puedes superar de manera racional.

Puedes cambiar la química que te ata al narcisista

Pero por favor tranquila, tranquilo. La ciencia y tu cerebro (neuroplasticidad) están a tu favor. Puedes modificar tu cerebro y cambiar esta adicción. Puedes hacerlo. Puedes reprogramarlo y en eso consiste precisamente el Método RAN, en el reconocimiento de las secuelas del abuso para que puedas desengancharte de la adicción a la persona narcisista y recuperar tu identidad.

Lo importante es que empieces a respirar y liberar la culpabilidad que te ha acompañado todo este tiempo. Con una menor carga es más fácil caminar hacia tu sanación y propio encuentro.

Eres muy grande trabaja en encontrar la persona que eres, recuperar tu identidad, lo mereces, mereces una vida mejor, libre de ataduras, y llena de éxitos. Te mando un fuerte abrazo y te deseo lo mejor.

Aquí tienes mis libros para ayudarte en este proceso. Sigue cada ejercicio, y podrás revertir la química, creer en ti y brillar.

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